domingo, 30 de abril de 2017

Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017)


Puntuación: ★★★★

¿Es posible replicar la misma sensación dos veces? Dentro del mundo del cine, y en lo personal, eso es algo inexistente. Recapturar esa magia es imposible. A veces uno puede sentir algo mucho mayor que la primera vez, superando las expectativas, o como en la mayoría de los casos, no alcanzan esa grata sorpresa que una primera parte nos ofrece. Pero nunca la misma emoción. Nadie esperaba mucho de la primera película de Guardianes de la Galaxia (2014) hasta que sus tráilers llegaron a la web. A partir de ese momento, la obra de James Gunn comenzó a cobrar vida hasta que finalmente su estreno dejo claro que Marvel podía convertir personajes tan obscuros como Star-Lord, Rocket Raccoon, Groot, y otros en los nuevas figuras del género de superhéroes. Parte de su rotundo éxito se debe al humor insertado por su director. Estos personajes era raros, fuera de lo común y se tomaban las cosas con menor seriedad que otros héroes del mismo estudio. A demás, el estilo y la música elegida forjaron una identidad que lo separaba de otras producciones. 

No sorprende que muchos salgan de esta entrega murmurando como no iguala esa sorpresa que tuvieron con la primera película, pero eso no quiere decir que estamos hablando de un mal filme. De hecho, luego de las secuelas del Capitán América, Vol. 2 ofrece una experiencia llena del humor acostumbrado de Marvel, increíble producción visual, enérgicas secuencias de acción, y, para la incredulidad de muchos, un buen villano. De acuerdo, no es nada espectacular pero dada las falencias del estudio en dicho departamento, este villano se encuentra por encima del promedio.

En esta ocasión, los Guardianes viajan por el cosmos luego de escapar de un frustrado ataque a su nave a la par que Peter Quill (Chris Pratt) finalmente descubre los rastros de su ascendencia, reflejado en Ego, un nuevo personaje que por alguna razón tiene la apariencia de Kurt Russell. Ego dice ser el padre de Peter, quien comprensiblemente duda de su veracidad pero su curiosidad lo termina yendo al planeta del misterioso hombre. Los miembros del equipo también poseen sus propios arcos a lo largo de la historia, cambiando constantemente de escenario de acuerdo al personaje. Otros personajes que regresan de la primera parte son Yondu (Michael Rooker) y Nebula (Karen Gillian), esta vez con mayor importancia dentro de la trama.

A pesar de los momentos humorísticos, los cuales me causaron gracia y otros no tanto, hay un énfasis  en entender las emociones de nuestro equipo galáctico favorito. Aprendemos más de ellos en esta entrega, descubrimos sus temores y dinámica. No aparecen por mucho tiempo juntos en esta historia, pero cuando lo hacen, la química del grupo sigue siendo palpable. Hay cosas que fueron diferentes a lo que esperaba. La relación entre las hermanas Gamora y Nebula ofrece detalles de quien es la obsesionada por competir y quien estaba en busca de ayuda cuando eran niñas. Drax consigue entablar una peculiar conexión con un ser que también posee dificultades para relacionarse con otros, la introvertida Mantis, interpretada inocentemente por Pom Klementieff. El triángulo entre Yondu, Ego y Peter (no ese tipo de triángulo por sí estas malinterpretando) da como resultado a uno de los momentos mas emotivos del Universo Cinematográfico de Marvel. Incluso Rocket tiene un arco dedicado a su comportamiento. No es mucho pero demuestra que James Gunn tuvo la intención de no dejar a ningun personaje fuera del plano.

Quizás tanto arcos y diferentes historias hacen que Vol. 2  no se sienta bien equilibrado. La idea es entendible, considerando que la primera entrega se enfocaba más en el humor y acción que en los personajes. El balance es algo frágil por querer impresionar a la misma audiencia con una igual dosis de comedia junto al aspecto dramático. No es una mala base, pero el tratar de apuntar a distintos objetivos requiere un gran talento. Es por ello que lo considero inferior a la original. Era bastante consisten en lo que pretendía mientras que esta entrega es un poco más ambiciosa, lo cual sigue siendo digno de aplaudir.

Durante la mayor parte de la trama, el tono y humor hacían que la película era entretenida a pesar de la familiaridad y falta de sorpresa. En ningún momento me encontraba aburrido pero faltaba como una chispa que encendiera el motor de este vehículo de entretenimiento. La trama llega a un punto revelador que reúne a los personajes luego de estar separados en sus respectivos arcos. A partir de ese punto la acción se volvió más intensa, el peso emocional aún más grande e incluso el humor parecía fresco. Desde ese momento estaba más concentrado en la pantalla, dejando quizás la lógica para por fin conectarme emocionalmente con los personajes mientras luchaban y se sobreponían a las dificultades. No es algo que todos sientan lo mismo, es solo la subjetividad de mi opinión. Pero en ese entonces la película paso de meramente entretenida a la emocionante aventura que esperaba anticipar por meses antes de su estreno.

Sí, es bastante familiar a lo que ya habíamos visto con anterioridad pero los momentos sinceros y la mayor participación de personajes como Yondu y Nebula desenvuelven frenéticas adiciones a la dinámica de equipo y, por momentos, acaparando la atención. Rooker, gracias a su actuación así como el material recibido por el guión, expande una cuestionable figura paterna y respetable lider en algo más complejo, siendo el foco de muchos elogios. Lo mismo sucede con la personaje de Gillian, convirtiendo a Nebula en uno de los seres más intrigantes de las películas de este universo. Su historia no termina aquí y deja un montón de oportunidades para futuras apariciones.

Estéticamente superior a la original, esta película presenta hermosos escenarios y fondos con colores bien vibrantes. Aún mejor, la acción contiene memorables secuencias, desde los créditos con un guiño al Groot bailarín a la batalla final. Cada punto de referencia tiene sus propias características, colores y diseños. Cuando la escena cambia, sabemos en dónde estamos y que historia seguimos.

Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es simplemente entretenido, diseñada para dar una experiencia placentera, como el resto de la franquicia y como muchas de sus películas, lo hace de manera efectiva. Tiene sus fallas y no creo que tenga suficiente para pelear por un lugar en el Top 5 de las películas de Marvel, pero sirve como excusa para disfrutar de una buena compilación de canciones con el espectáculo visual y humorístico - con destellos emocionales - de un blockbuster de Hollywood.

"Los Guardianes de la Galaxia Regresarán."

Como es habitual, la pantalla termina con las palabras indicando que aún hay más para contar en un futuro no muy lejano y, honestamente, estoy emocionado por saber a qué rincones de la galaxia irán en sus siguientes aventuras.

lunes, 17 de abril de 2017

Sandy Wexler (2017)


Puntuación: ★★1/2

Sandy Wexler representa la tercera colaboración entre Adam Sandler y Netflix, luego de The Ridiculous 6 (2015) y The Do-Over (2016), los cuales aún no he visto y, francamente, prefiero mantenerlo de ese modo. Es bien sabido que la última década ha visto a Sandler caer en el punto más bajo de su carrera, con ciertas excepciones (véase la franquicia de Hotel Transylvania), y su contrato para realizar cuatro películas originales a través de Netflix le ha permitido un cheque fácil a cambio de tan poco esfuerzo. Sin embargo, y quizás por las pocas expectativas que tenemos hoy en día, esta nueva producción, dirigida por Steven Brill, mejora un poco la imagen del actor, siendo lo más interesante e inofensivo a la comedia que ha tenido en unos años. Pero eso no quiere decir que es una redención completa y satisfactoria.

A través de unas cuantas celebridades elegidas al azar, así como lo que el presupuesto podía conseguir (Conan O'Brien, Jimmy Kimmel, Pauly Shore, Henry Wrinkler, entre otros) conocemos la historia de Sandy Wexler, un agente de talentos durante los 90s encargado de representar a su excéntrico grupo de clientes en el mundo del espectáculo. Una de las características de Wexler es su incesante afán de mentir como herramienta para hacer negocios, aunque su lealtad por sus clientes es indiscutible. Se preocupa por ellos, y toda decisión artística es con el fin de ayudarlos en sus carreras, aún sin Wexler no sea tan bueno para dichas decisiones. Hay un punto en donde uno de sus clientes le menciona que le ofrecieron la posibilidad de dar voz en una película animada de juguetes de una nueva compañía llamada Pixar. Wexler le asegura que los dibujos animados están muertos y que se preocupe por otra cosa. Como sabemos gracias a la historia, esa película no tuvo mucho éxito, por lo que fue un buen consejo, ¿no es así?

Un día, Wexler descubre a Courtney (Jennifer Hudson) en un parque de diversiones y queda convencido de que ha encontrado a la futura gran estrella de la música. Trabajan juntos y si bien hay dudas al comienzo, Courtney logra llamar la atención de la prensa y productores de la industria. La fama, sin embargo, resulta ser un obstáculo para la inexperta cantante y un problema con su representante, cuyos métodos ya sabemos no van con el profesionalismo de la industria. No quiero arruinar la historia a nadie pero desde la primera escena con ellos juntos, los personajes de Hudson y Sandler dan indicios de una obvia atracción mutua.

No hay mucho que discutir acerca de la historia, la cual es suficientemente predecible pero que al menos trata de incorporar algo más interesante de ver que las últimas propuestas de Sandler. Es una historia de fama y mantenerse humilde dentro de una industria superficial. Pero eso no justifica las dos horas de duración, la cual se constituye como el mayor obstáculo para la audiencia. Y esas doras horas no son dedicadas a la carrera de Courtney o su relación con Wexler, sino distribuidas arbitrariamente  a otras tramas que requieren el favor de los amigos y colaboradores habituales de Sandler. Kevin James, Nick Swardson y Terry Crews, entre otras caras conocidas, forman el grupo de clientes, con cuestionables talentos y logros.

Ese exceso de duración es lo más cercano a la razón para dejar de ver esta cinta, algo que pudo haber sido algo poco más de 100 minutos añade como media hora más de relleno y chistes que duran más de lo que debería. Durante la grabación de un demo, Courtney fascina a Wexler y al empleado del estudio. Luego de suficientes elogios, ambos se dan cuenta que olvidaron grabar la canción. Eso es gracioso, admito eso. Pero realizar la misma rutina de nuevo solo parece consumir tiempo innecesario, tiempo que pudo haber sido utilizado para progresar la historia o presentar otro tipo de chiste. A la tercera vez, por fin vemos a Wexler explotar en ira y su reacción hacia el incompetente empleado recupera algo de la gracia de la escena. La escena tuvo su punch-line, pero tuvimos que esperar su retraso por un innecesario recuento del mismo chiste.

El humor de hecho es bastante inofensivo, al menos considerando las anteriores películas, con graciosas reacciones y diálogo por momentos. Mucho de esos chistes bien utilizados provienen de sacar provecho a la época de los 90s, con referencias a personalidades y hábitos de ese entonces. Desafortunadamente, así como hay destellos ocasionales de humor, también hay ese estilo familiar de las películas de Happy Maddison Productions: Rob Schneider en brownface (pintado y actuando como otra raza) derrumba lo que fue al inicio una humorística presencia ausente; la actuación de Sandler se centra mayoritariamente en usar una de sus voces infantiles para el "deleite" de los oídos (vale recordar que no es la peor voz que Sandler pone en sus películas, eso le pertenece a El Hijo del Diablo y Ocho Noches Locas). Esa voz puede llegar a ser molesto pero al menos Sandler se esfuerza en dar algo de actuación, lo cual es más de lo que puedo decir de sus últimas películas.

A pesar de la predictibilidad del guión, la película parece tener dificultades en elegir su tono, variando constantemente de acuerdo a lo que pide la historia o, mejor dicho, el humor. Por momentos trata de ser infantil con cierta violencia física, infringida a Swardson; en otros, el personaje peleador de Terry Crews debe evitar que un enorme rival ponga su posterior en su cara; la trama acerca de Courtney es con pizcas de drama y comedia romántica; y repentinas dosis de humor negro aparecen para reír o quedarse confundidos por el súbito cambio. En algunos de esos momentos reí, pero en otros quede con algo de incomodidad por lo que veía.

Como han de notar, mentiría si dijera que no reí durante Sandy Wexler. Tiene sus momentos a pesar de su inconsistencia pero prefiero eso a presenciar una película que es tan consistente en lo no graciosa que puede  llegar a ser y Sandler tiene varias de esas, por lo que me aferro a lo que puedo. Se beneficia en tener en menor medida las típicas cualidades de esta productora, haciendo que la experiencia sea algo más agradable, por así decirlo.

No, no es una buena película y puedo entender si alguien termina con una postura más negativa que la mía dado que es posible que este siendo generoso con esta reseña, pero esta nueva producción de Sandler en Netflix ostenta el dudoso honor de ser una mejoría en el catálogo del actor, al menos en cuanto a más recientes entregas se refiere. Permanece más de lo que debería quedarse pero no sentí que perdía dos horas de mi vida viéndola, algo que sí puedo decir de sus otras películas.

Sin duda alguna la recomiendo si aún son grandes fans de Sandler y estén dispuestos a liberar dos horas de su tiempo.

sábado, 8 de abril de 2017

No Respires (2016)


Puntuación: ★★★★

Es curioso como luego de haber dirigido el increíblemente violento y sangriento remake Evil Dead (2013), el uruguayo Fede Álvarez haya decidido que su siguiente proyecto sea una entrega original y sin demasiada sangre, optando por la tensión en vez de perturbar a su audiencia mediante imágenes gráficas. Pero no se equivoquen, porque No Respires igualmente ofrece violencia realista e ideas desagradables que pueden dejar ciertas impresiones en el espectador. Lo interesante de esta producción es como Álvarez trata de moldear y jugar con ciertos clichés del género para contar una historia moralmente mixta, con una línea bien delgada como para poder distinguir al lado de quien pretendemos estar.

A pesar de que se trata de una historia de "home invasion", la audiencia lo experimenta a través del punto de vista de los tres delincuentes perpetrando lo que sería su último atraco. Dicho atraco se registra en el hogar de un solitario y ciego veterano de guerra (Stephen Lang), siendo el objetivo una considerable indemnización recibida tras un accidente que acabo con la vida de su hija. Si bien el grupo criminal al principio tiene dudas éticas acerca de robar a un ciego, deciden continuar con el plan para finalmente retirarse del negocio. Rocky (Jane Levy), en particular, siente la alta necesidad del golpe para poder liberar a su hermana de su negligente madre y empezar una nueva vida en California.

No está de mas decir que el plan no sale como habían esperado, quedando atrapados en dicho hogar que guarda más secretos de lo aparenta a primera vista.  Desde ese punto, el "home invasion" pasa a "escape from home", presentando un temible cazador en la oscuridad. El silencio se vuelve clave. Cada paso, cada movimiento, cada brisa de aire puede atraer al cazador junto a su presa. En un género que perezosamente suele utilizar diferentes tipos de sonidos con diferentes niveles de volumen para mantener en alerta a su audiencia o sacar una pizca de reacción de parte de ella, el silencio presentado aquí colabora para crear una atmosfera tensa. Esa sensación de adrenalina cuando estás tan cerca de una persona que no puede verte pero aun así sentir tu presencia pasa de los personajes al espectador, como si estuviéramos en esa misma acción.

Levy ya había trabajado con anterioridad junto a este director, en el remake mencionado al inicio de esta reseña. Su papel en esa producción sumado a esta refleja a una actriz que se desenvuelve fácilmente en historias de terror, interpretando heroínas algo atípicas. Moralmente confusas pero demostrando fortaleza a la par de vulnerabilidad y desesperación. Cada segundo en pantalla me contagia esa urgencia de mantenerse en alerta y en movimiento. Dylan Minnette y Daniel Zovatto completan el trió de delincuentes, lo cual es importante recalcar. Si bien cada uno demuestra algo de ética y motivación personal, estamos siguiendo a estos individuos atracar en el aposento de un ciego y que se dedican a vender lo robado. Lang y las revelaciones acerca de su personaje a medida que la trama avanzan solo nos hace cuestionar aun mas a quien debemos apoyar. ¿Merece alguno de estos personajes vivir o morir? ¿A quién debería apoyar? ¿Al temible veterano por sus actos de "justicia" propia o al grupo criminal por querer disfrutar segundas oportunidades?

Esa sensación de claustrofobia persiste a lo largo de la trama, desde el momento de la invasión hasta la salida del lugar, ya cuando el sol va posándose sobre el cielo. En ese punto, la historia aún no acaba, siendo un pequeño pormenor que pudo haber sido postergado para el verdadero final, haciendo que ver la luz del día tenga un mayor impacto luego de haber estado a oscuras por gran parte de la película. Pero el suspenso y el realismo de la violencia frenética y despiadada persisten hasta el final luego de haber comprendido el raciocinio de cada personaje.

La interesante manera de contar la historia con ciertas diferencias a los tradicionales elementos del género, sumado a la confiada dirección y cámara de Álvarez con las actuaciones del elenco (claramente destacando a Lang y Levi), hacen que No Respires sea una experiencia familiar pero de igual manera una atrapante.
 

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