jueves, 29 de diciembre de 2016

El Canal del Demonio (2014)


Puntuación: ★★★

En lo personal, la idea de mezclar antiguos videos en blanco y negro de comienzos del siglo XX con elementos de terror siempre me ha parecido algo con el potencial de generar una sensación de temor. La obseleta calidad y el silencio de muchos videos puede causar incomodidad a mi gusto, dada la desconección que produce la falta de color. Compare una foto en blaco y negro con una version colorizada y notara que la segunda cobra mas vida a la percepción. Quizás sea solo yo, pero estaba intrigado en saber como esos elementos eran incorporados en la película de terror The Canal o El Canal del Demonio.

En dicha película, un archivero de filmes (Rupert Evans) se encuentra deprimido en los últimos días, sospechando de que su esposa le es infiel. Su cordura no mejora mucho cuando es asignado ver un viejo rollo de película de 1900 que relata un horrible asesinato. Lo extraño de dicho rollo es que el asesinato no solo ocurrió en su calle sino que también un su propia casa. El problema con su esposa empeora a tal punto que David, el personaje principal, tendra que investigar no solo casos de la actualidad pero resolver los misteriosos sucesos de hace más de un siglo. La película finalmente lleva al espectador a cuestionar si David esta perdiendo la razón o en verdad hay algo más que los antiguos filmes muestran.

Quizás lo más decepcionante no sea mucho en cuanto a que tan efectivo sea en sustos sino el tiempo dedicado al misterio, el cual es lo más fascinante en esta producción. Recuerda a La Llamada en como estaba más intrigado en la investigación que en los aspectos de terror. De hecho, hay una secuencia en particular hacia el final que no me sorprenderia que haya sido influenciada por esa película. De igual manera, tratar de entender el misterio detrás de los casos sin resolver y ver a David fijandose en las cámaras antiguas son intrigantes. Cuando las escenas se enfocan en ello, la película tiene mi completa atención.

El resto de la historia, en especial cuando el tono se acerca al género de terror, no es estrictamente malo pero no es el plato fuerte de la producción. Varias secuencias tratan de compensar con cierta brutalidad y violencia de naturaleza gráfica, lo cual dependiendo de la sensibilidad de uno puede ser abrumador o simplemente innecesario. Diría que cerca de los últimos quince minutos baje mi guardia en el momento en que la historia llega a su climax, con un momento en específico dónde tuve que mirar a otra parte como respuesta a lo que presenciaba. Estoy seguro que esa era la reacción deseada y lo logro.

Algo que debo elogiar es en el uso de sonido o mejor dicho la falta de eso mismo en muchas escenas. En vez de bombardear el momento con instrumentación, el director Ivan Kavanagh opta por silencio, dejando que la tensión domine en ciertas escenas. Honestamente, es raro ver una película de terror moderna que se enfoca en el silencio como herramienta principal y sin el uso innecesario de jump scares. Esta bien, hay unos cuantos pero son utilizados mínimamente.

La historia tiene sus giros y turnos, algunos intrigantes asi como otros cuestionables, pero se beneficia en mayor parte de actuaciones solidas por parte del elenco. Varios planos son visualmente interesantes en una película de este tipo, con una edición que tiende a tomar riesgos con algunos saltos en el montajes -jump cuts- para crear una atmósfera inquieta. Muchos de esos riesgos son justificados pero hay algunos que se sienten algo fuera de lugar como en una conversación casual.

Quizás no sea lo que esperaba dado los elementos dentro de la historia, pero El Canal del Diablo sigue siendo una decente propuesta de terror con momentos algo grotescos y llenos de suspenso aún si para el final trata de sonar más inteligente de lo que en verdad es. Con un poco más de enfoque pudo haber sido mucho más efectivo como una película de fantasmas y suspenso psicológico pero el producto final supone unos 90 minutos algo entretenidos. Al menos no sentí mi tiempo o dinero gastado en vano.

martes, 13 de diciembre de 2016

The Room (2003)


Puntuación: 1/5.

Puntuación Especial (por única vez): 5/5.

Existen en verdad muy pocas películas que encapsulan de manera acertada la cuestionable calidad de "ser tan malas que se vuelven buenas." Un minuto. No, no me convence. Reemplacemos "buenas" con "entretenidas" y tienen la descripción perfecta del clásico de culto, The Room.

Siempre el objetivo de burlas, pero nunca del olvido, la nefasta obra del misterioso y excéntrico Tommy Wiseau es una oda a la incompetencia. Estrenada de manera independiente en 2003, la producción es infame por, como decirlo, todo. Una historia llena de subtramas que aparecen y desaparecen peor que cualquier salario, el terrible audio en muchas escenas, cuestionables decisiones creativas y lo que puede ser la peor actuación en la historia del cine. Créanme cuando digo que deseo estar exagerando. Poco sorprende la gran reputación y popularidad de esta película.

La historia, o al menos una de las tantas que se cuentan, se centra en Johnny, interpretado por Wiseau, quien se encuentra en un triangulo amoroso que incluye a su prometida Lisa (Juliette Danielle) y su mejor amigo Mark (Greg Sestero). Suena bastante básico, entonces sumemos una madre recibiendo la noticia de que padece de cáncer mamario, un joven vecino que tiene una disputa con un vendedor de drogas, infidelidad, amigos jugando al futbol con trajes formales en un callejón, peleas, suicidio, etc. Todo esto en lo que claramente se ve como un fallido intento de drama y conflicto.

Muy bien, ya vimos en el pasado incontables películas que fallaron en conectar con la audiencia, entonces, ¿qué la hace especial en comparación con otras películas? Hay varios motivos. La ejecución del guión y el guión mismo estan argumentados sin mucha estructura, lo cual permite que innumerables tramas comiencen pero sin llegar a ninguna parte, o mejor dicho, sin ser resueltos. A parte de la premisa amorosa, ninguna otra historia afecta de manera substancial el desarrollo de la película. Por ejemplo, luego de vestirse de manera formal como para ir a un casamiento, la cámara corta a la escena en que Johnny y sus amigos juegan con el balón y luego pasa a una escena completamente diferente, sin mención del juego o de la aparente ceremonia. El problema del cáncer es mencionado una vez de manera casual pero no vuelve a ser retomado en la historia. Una pareja que no habia sido introducida anteriormente interrumpe la trama para tener relaciones en la casa de los protagonistas. No sabemos los detalles sobre el asunto de las drogas. Todo comienza y termina abruptamente en lo parece ser mas relleno que desarrollo de la trama principal.

 Como ya fue mencionado, a demás de ser el director, escritor y productor de la cinta, Wiseau también interpreta al protagonista en una de las terribles actuaciones más hiptnóticas que uno puede presenciar. Su acento, único e irreconocible. Ninguna línea de dialogo te convencera de la magia del cine y la monotonía de sus expresiones acaba con cualquier intento de generar emoción. Es difícil pensar en otra actuación que sea tan consistente en su ineptitud o tan hilarante al mismo tiempo. Y eso sin contar la pesima sincronización de audio en sus conversaciones. Es algo para deleitarse.

Luego de volverse un favorito de culto, Wiseau menciona que desde un principio la película era una comedia negra pero sabemos que no es así. Es un intento de escribir lo que el artista suponia que era un romance del género épico. Al notar que la ejecución hacia que la seriedad se volviese humorística, la audiencia se deja atrapar por la incoherente magia que se desenlaza en las pantallas. Escenas donde Johnny se supone que este frustrado o furioso, ya sea elevando levemente su voz o tirando cualquier objeto en su habitación, todo ello con el mismo extraño acento y forma de hablar, son evidencias de como una historia que propone una trama intrigante o seria puede resultar en risas de manera no intencional.

 ¿Hay aspectos que debo rescatar de este melodrama que parece ser más una mala novela de televisión que una película? A parte del humor no intencional, y en especial considerando que la obra proviene de alguien con poca o ninguna experiencia, algunos de los planos son bastante decentes y unos pocos personajes son ligeramente más convincentes que el actor principal. Tanto Sestero como Danielle tienen problemas con las líneas que deben leer pero por la mayor parte del tiempo logran sonar algo natural, aún si sus actuaciones dan para reir, especialmente la increible ingenuidad de Mark cada vez que visita a Lisa.

Es una extraña combinación de humor e incomodidad, presentada en las extendidas escenas de amor (y les advierto que hay mas de una por si quieran ver en compañia de otros). Denny, el joven vecino que tiene su escena con el vendedor de drogas, asusta mas con su afecto hacia Lisa en vez de ser encatador. Hay muchos momentos así que predominan en la cinta.

Con todo lo que he dicho, es admirable que tanto Sestero como Wiseau hayan aceptado esta película y la vean de una manera orgullosa, agradeciendo el estatus de culto y la popularidad. Wiseau se encargo de financiar la película y trabajo arduamente luego de que fuese rechazado como una obra teatral y un libro. Quizás esto sea lo más cercano a un Ed Wood Jr. de la era moderna.  Un director apasionado pero incompetente que solo quiere hacer proyectos a su modo y sin importar la opinión crítica de otros. Es algo extrañamente inspirador si buscan algo positivo en esta fallida producción.

¿Es la peor película que hay existido como su reputación lo precede? Um, no. Ciertamente existen peores propuestas que no solo no ofrecen nada de entretenimiento pero que también roban de manera descarada la esencia e inteligencia  de sus espectadores. Confíen en mí, no querrán saber de que películas estoy hablando.

No les recomiendo ver The Room. Les imploro. Sé que esta reseña pierde profesionalismo (lo poco que he de tener) y que es el lector el que debe tomar la decisión de confiar o no en el escritor, pero si por alguna razón no has visto o escuchado de esta película, por favor véala. Junta a unos amigos, prepara algo para comer o tomar y disfruten de la ineficacia y humor presente en esta obra. Es el ejemplo mas popular de ser tan malo que entretiene y lo es con buena razón.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Blancanieves y los siete enanitos (1937)



 Puntuación: 4/5.

El paso del tiempo puede cobrarle un precio muy alto a ciertas películas. Lo que antes fue revolucionario ahora se ve como anticuado y lo que antes se veía normal no es considerado políticamente correcto en la actualidad. El estatus de clásico se queda en discusión en los años desde el estreno de una obra, terminando en algo que en su tiempo era considerado bueno pero que no se sostiene de igual manera ante el ojo analítico de la persona moderna.

En las décadas que siguieron luego del estreno de Blancanieves y los siete enanitos, Disney opto por nuevas historias y nuevos roles en la sociedad para reflejar el alejamiento de los elementos comunes que los caracterizaban. La protagonista ya no espera por el valiente príncipe que la libere, en cambio, se pone delante de la marcha contra el antagonista. Todos sabemos que Blancanieves  fue la primera película animada de la compañía y su éxito forjo un legado el cual se siente en nuestros tiempos, por lo que me parece fascinante la siguiente pregunta: ¿Es Blancanieves y los siete enanos otro clásico que sucumbe a las percepciones del tiempo en que se realizo? En lo personal, no estoy a favor de ello.

La historia de cómo una bella joven termina siendo el blanco de su despiadada madrastra, obligándola a ir al bosque y encontrarse con un grupo de enanos es tan simple como recordada que no creo que sea necesario ir en más detalles. De hecho, muy simple. No hay una gran motivación del porque la reina va tras Blancanieves y el príncipe, quien a pesar de tener un papel fundamental en los últimos minutos, es tan desconocido para nuestra protagonista como para nosotros mismos, sin saber mucho de él o incluso su nombre. La manera en que la malvada reina es eliminada trae consigo parte de la simpleza en una historia tan básica sobre el bien versus el mal.

“Es una película para niños. Es obvio que no será difícil de entender.” – puedo anticipar. Sí, los niños pueden seguir la historia sin problemas pero esto no es suavizar el contenido sino algo más interesante. La sencillez de la historia es para dar lugar a algo mucho más importante, algo que puede ser considerado como la clave del éxito de esta obra: emoción pura. Cada escena que ocurre, cada momento sin importar que tan relevante sea para la trama, está liderada por emociones genuinas. Cada uno de los siete enanos está definido por su personalidad, algo que los caracterice y lo diferencie del resto. La envidia de la reina es palpable a pesar de los pocos detalles y la desesperación de Blancanieves durante su escape en el bosque puede ser sofocante sin la necesidad de exagerar. Artísticamente, los dibujos y colores elevan o bajan la emoción de un momento en particular con bastante precisión. Dios sabe que tan depresivo sea la escena del funeral, con sus colores azules y la poca iluminación. Ver a Gruñon, quien fue fiel a su nombre durante la mayor parte de la película, finalmente quebrarse es el punto emotivo de la historia. Al menos hasta cerca del final.

Está claro que la principal crítica a las películas de Disney apuntase a las princesas, por el aparente estereotipo del que se las acusa. Si bien es algo que no se puede defender mucho, el caso de la titular Blancanieves merece ser analizado. ¿Se enamora fácilmente de un mucho que apenas conoció? Sí. ¿Espera que sus deseos se hagan realidad mientras espera por su príncipe encantador? Canta acerca de ello. ¿Puedo defenderla de las acusaciones? No lo sé pero vale intentarlo. Blancanieves no es precisamente el personaje más interesante en el catalogo de princesas de Disney, o incluso del mismo elenco en su película. Esa función claramente lo cumplen los enanos y en parte la reina, gracias a su elegante diseño y labor de antagonista. Aun así, estamos frente a una protagonista que refleja la sencillez y emotividad de la película, con su afán de querer servir como la figura materna de los enanos su manera de ayudar. Limpia, cocina y se divierte con ellos, trayendo unas cuantas lecciones al pequeño hogar, ciertamente más que otras princesas han hecho. Incluso en cuanto a personalidad, ella es agradable y buena, quizás demasiado dado que aquel atributo la condena en su nefasto sueño. Muchas se de sus reacciones y conversaciones, en especial con Gruñon, la hacen mostrar con un sentido de humor. En verdad, es mucho más de lo que recordaba o esperaba de una personaje de aquel tiempo.

¿Es esta una película que pueda satisfacer a un adulto sin la nostalgia? Nuevamente digo que sí, o al menos eso creo. Artísticamente, es fantástica a pesar de que algunos diseños reflejan la época en que se realizo. La música complementa las emociones y los personajes son bastante entrañables.

No es una película que requiera mucho pensamiento pero lo mejor es dejarse guiar por las emociones, haciendo que esto sea una experiencia diferente.

Hay varios momentos que quizás algunas imágenes puedan asustar a los niños más pequeños y quizás tampoco sea la mejor película de la compañía pero Blancanieves y los siete enanitos es una buena introducción al mundo de Disney. El origen de muchos de los elementos que asociamos con Disney y los cuentos de hadas tiene su lugar aquí.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Doctor Strange (2016)




Puntuación: 4/5.

Marvel le da la bienvenida en su universo cinematográfico al Hechicero Supremo a través de la película Doctor Strange, introduciendo a este personaje de forma poco sorpresiva pero de buena manera. Elementos que ya son habituales para la compañía, como el humor, acción, creatividad y un protagonista destacable se presentan en la última extravagancia visual y de entretenimiento en cuanto a superhéroes.

Bajo la dirección de Scott Derrickson, la historia cuenta el origen de cómo el exitoso, así como arrogante, neurocirujano Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) sufre un trágico accidente que le cuesta sus más preciadas herramientas de trabajo: sus manos, o su precisión con ellas, mejor dicho. Sumado en la desesperación, Strange intenta todas las maneras posibles para recuperar su habilidad en los dedos y volver a su vida de lujos aunque esto deteriore su relación con sus colegas y en especial con Christine Palmer (Rachel McAdams). Tanta es la desesperación que lo llevara al otro lado del planeta, descubriendo un mundo lleno de posibilidades místicas

Recomendar Doctor Strange tan solo por sus secuencias visuales (los cuales mencionaré más adelante) me parece incompleto, porque hay mucho más en esta película a demás de las imágenes, a pesar de la familiaridad del resto del proyecto. Como en cada ocasión, el actor principal no pudo ser mejor, con un Cumberbatch que cumple los requisitos de los fans para interpretar al hechicero, ya sea en momentos que requieran algo de comedia o más dramáticos como cuando decide confrontarse con Christine en su último momento antes de partir. El personaje de Strange sin dudas recuerda a Tony Stark, por poseer un ego tan alto como carisma, quien a pesar de rozar la línea de persona desagradable, logra mantener a la audiencia en su camino de redención. El quiebre en sus manos se expande a ser un quiebre emocional y tan solo las artes místicas y espirituales pueden llevarlo a un punto más humano, así como humilde. Claro que cuando el guión requiere que Strange se vea heroico, Cumberbatch luce fenomenal, estableciendo un héroe bastante único en el catalogo de Marvel.

En ese camino de redención están Mordo (Chiwetel Ejiofor) y la Ancestral (Tilda Swinton), quienes ayudaran a Strange a comprender el misticismo oculto y lo espiritual a la par que un antiguo y corrompido aprendiz llamado Kaecilius (Mads Mikkelsen) surge para obtener el poder de la dimensión oscura. La Ancestral es sin dudas una gran mentora con momentos que destacan sus habilidades así como su sabiduría y Mordo se alza como una interesante pieza para futuras entregas. Desafortunadamente, Kaecilius, sin llegar a los extremos del olvido como otros, no es un villano precisamente formidable mas allá de la creatividad en las secuencias de peleas, pero si he de ser honesto (¿y por qué mentiría?), no es un elemento que me moleste mucho como en otras películas. La historia se centra en Strange a tal punto que no hay mucha necesidad de presentar un villano, salvo para cumplir los requisitos de una película de superhéroes.

¿Es la historia simple y predecible? Sí. Nada extraordinariamente innovador en ese aspecto pero hay unas cuantas variaciones para mantener el esquema y la formula entretenida sin caer demasiado en la fatiga de lo repetitivo. El gran climax es diferente a la típica batalla final sobrecargada de efectos especiales. Aquí, el personaje opta por algo de ingenio para salvar el día. Incluso el manejo del romance es diferente a lo que normalmente se ve en las pantallas comerciales a pesar de la química existente entre los protagonistas. Básicamente, es simple pero efectivo.

Es aquí donde menciono lo que les prometía. Doctor Strange es visualmente la película más ambiciosa, no solo de Marvel sino del genero de superhéroes. La creatividad en las secuencias y los efectos son para aplaudir y deleitarse, haciendo que esta propuesta sea única cuando se la compara con las demás. Y la decisión de contratar a Derrickson es acertada por como implementa las imágenes con la historia así como la extravagancia de las mismas, sean en simples momentos de magia o secuencias de acción de gran escala. La dimensión oscura dentro del tercer acto o la secuencia que recuerda a 2001 cuando Strange descubre las posibilidades. En una era donde el 3-D no ofrece casi nada a las grandes producciones, Doctor Strange hace que esto sea parte del espectáculo y de la atmosfera psicodélica. Sumado a esto, el gran acompañamiento musical compuesto por Michael Giacchino, quien resulta exitoso en otro de los aspectos débiles de las películas de Marvel.

Doctor Strange es una loable película que existe y triunfa por su cuenta, sin muchas referencias del universo de Los Vengadores gracias a buenas actuaciones e increíbles hazañas visuales. Parte de la comedia hace que muchos momentos no lleguen a ser tan épicos como deberían pero es exactamente como Marvel haría una película que utiliza magia. De igual manera, la idea de seguir explorando la mitología de este personaje en mas películas me resulta fascinante.

Así como la Ancestral afirmaba que veía posibilidad en el futuro de nuestro protagonista, ¿Quieren saber que veo en el futuro de esta nueva franquicia? Potencial.

sábado, 15 de octubre de 2016

Batman: Return of the Caped Crusaders (2016)




Puntuación: 3,5/5.

Luego de presenciar un año en el que Ben Affleck se estrenaba como el caballero de la noche en el universo DC y The Killing Joke recibía el certificado para adultos, es algo interesante ver una propuesta diferente y que apueste por humor. La idea continuar esta versión atípica de Batman es de por si riesgosa, dado que la gente ya se ha desligado de esta interpretación para dar lugar a otras más serias y adultas. Afortunadamente, la nostalgia y el entretenimiento hacen de esta una agradable experiencia seas fanático o no.

Batman: Return of the Caped Crusaders trae de vuelta a Adam West, Burt Ward y Julie Newmar para dar las voces a aquellos personajes con los que se los identifica desde hace mas de cinco décadas. El dúo dinámico deberá una vez más detener al grupo criminal conformado de clásicos villanos como el Pingüino, el Acertijo, el Guasón y Gatubela. Sin embargo, no todo es tan fácil cuando el propio Batman parece dejar de lado sus propias reglas y decide probar suerte con el camino del mal.

El filme claramente busca replicar el estilo y tono absurdo de la serie original, lo cual logran de manera casi perfecta. Desde el diseño hasta el mismo dialogo, todo es un gran guiño a la nostálgica versión. Hay una sensación de que los realizadores están bien conscientes de lo campy que esta interpretación, particularmente hoy en día, por lo que mucho del humor viene de la película riéndose de sí misma pero de una manera inocente y bien intencionada. Al ser esta propuesta animada, el medio permite a la historia hacer cosas aun mas ridículas pero no sin falta de gracia, como Batman y Robin en el espacio, una multitud de replicas de nuestro héroe favorito, mayor rapidez en la acción y algo de slapstick hacia el final.

El punto negativo sea sin sorprender lo distractor que puedan ser las voces. Con West no hay problema pero es algo gracioso escuchar a Burt Ward tratando de convencer que es un adolescente, mientras que Newmar es fácil de notar su edad. De igual manera, los actores claramente demuestran la pasión que tienen por estos personajes y dan lo mejor de sí. Es  encariñarse con ellos, siendo tan joviales y llenos de energía.

¿Todos los chistes son para reír? No, algunos son para el olvido, pero me pase una buena parte del tiempo disfrutando lo que veía o mejor dicho lo que escuchaba, dado que las conversaciones son el eje principal de la comedia aquí, aunque hay suficiente material visual para deleitarse, especialmente por lo bello de la animación. Referencias a la serie original, los comics e incluso unas cuantas indirectas a las películas de Nolan forman parte del catalogo.

Es probable que esta nueva producción no haya sido la más anticipada pero a diferencia de los demás proyectos  de DC vistos este año, quizás sea la más consistente y bien realizada de todos. Se fijo en el material que quería adaptar y lo hace de una manera que dejara satisfecho a aquellos fanáticos de West  e incluso entretener a personas casuales que simplemente tienen la mente abierta y estén dispuestos a ver una versión diferente del mítico personaje. Personalmente, pertenezco a la segunda categoría.

Vayan a sus baticuevas, equípense con su baticinturon de entretenimiento y disfruten de lo que puede ser un nuevo clásico del campiness.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Mangoré, por amor al arte (2015)



 Puntuación: 1/5.

Luego de 7 Cajas, me quede con ganas de ver más del cine paraguayo aunque he de admitir que no he seguido las demás producciones que salieron después de la emblemática película, por así decirlo. Emblemática en cuanto a su influencia en el desarrollo del cine local. Sin embargo, tuve la oportunidad de ver Mangoré, por amor al arte por primera vez, a un año de su estreno.

Quizás a muchos les sorprenda pero tuve la dicha de estar un día dentro del teatro durante la filmación de uno de los tantos conciertos presentados en esta cinta. Fue una experiencia agradable estar en escena y atento a las instrucciones del director mientras me deleitaba con el movimiento de las cámaras. Si bien no aparezco ni por un segundo en escena, ver esos momentos a través de una perspectiva diferente, en este caso la del espectador, recrea parte de cómo la percepción de la cámara juega con los ojos de aquellos presentes en el rodaje. A pesar de la larga duración para alguien que solo es un extra, el proceso me pareció de los más entrañable.

Es por ello que siento algún tipo de conflicto interno en cuanto a esta película. Claramente hay una pasión en contar la historia de alguien que se encuentra tan arraigado a la cultura de nuestro país, un deseo de crear algo que este a la altura del gran maestro Barrios. Desafortunadamente, esto va mas allá de tan solo querer pero, ¿es justo ser tan hostil a una industria que aun no esta tan establecida? Obviamente deseo lo mejor para el cine nacional y es probable que pida o exija demasiado cada vez que una película es lanzada pero no se puede ser demasiado flexible tampoco. Mangoré es floja en muchos aspectos, incluso en los más básicos o técnicos. A muchos quizás no le agrade 7 Cajas, pero esa película entendió lo que proponía y tenía algo similar a una idea clara en cuanto a su objetivo. Mangoré salta mucho en el tiempo sin clara idea de transición o desarrollar cada secuencia en cuanto a la vida de Barrios y, peor aún, con poco entendimiento de la época de antaño. Solo hace falta que uno escuche el dialogo para comprender uno de los tantos fallos fundamentales que una película centrada en tiempos pasados debería evitar.

Por momentos algunos actores como Joaquín Serrano o Lali González logran alzarse por encima del material con el cual trabajan pero el resto pasa desapercibido o terminan distrayendo. Hubo varias instancias donde pude ver a una celebridad local, haciendo que saliera del mundo del filme.

Sin embargo, el elemento que más me dejo perplejo en esta obra del director Luis R. Vera, es el hombre principal. La vida de tan celebrado artista promete potencial, no hay duda de ello. No culpo a Damián Alcázar, quien interpreta a Barrios como adulto y hace lo que puede con el guión a mano, pero a demás de tan poco desarrollo en cuanto a su personaje, lo cual es sorprendente por como el filme trata de abarcar varias etapas de su vida, es la falta de emoción que siento por él. Bueno, no del todo. Por momentos se vuelve alguien difícil de entender o de estar apoyando su tan mencionada pasión por el arte. Constantemente se nos presenta como un gran artista, el mejor de la época, pero no vemos esos momentos, no sentimos esos momentos. Hay varias escenas donde Barrios se encuentra ante una dubitativa audiencia y debe ganarse su respeto. Desafortunadamente, esas escenas o son muy cortas o terminan abruptamente. En un momento en particular, dada su exhaustiva práctica, Barrios se ve debilitado, parando su obra y la audiencia no sabe cómo reaccionar.  Barrios se recompone y continúa tocando. La cámara, que no captura la magnitud del teatro o del momento, así como la rápida edición minimiza el efecto de lo que debía ser un punto clave en la carrera del guitarrista y existen muchas instancias similares.

Hay una interesante idea de cómo Barrios se encuentra en conflicto con su lado artístico, bloqueando toda posibilidad de una vida plena y que solo causa dolor en sus seres queridos. Es algo que vemos en muchas producciones de esta temática. Lamentablemente, este concepto no es el primordial en esta obra, siendo presentado ya cerca del final y entablada de una manera algo tradicional, donde Barrios literalmente se confronta así mismo. Si esto hubiese sido explorado dentro del filme de manera detalla, es probable que tuviésemos una base dramática más solida que lo originalmente mostrado aquí.

Visualmente la película quizás se lleve un poco de aplauso de parte mía. No es que necesariamente me transporte a las décadas presentadas en el filme pero vale la pena apreciar parte del vestuario y como tratan de acoplarse a aquellos tiempos. La mayor parte del tiempo diría que son los vestuarios femeninos los que dan un toque realista y acorde a la época. Hay unos cuantos planos que demuestran una relativamente bella o decente escenografía, especialmente cuando tratan de jugar con los colores de fondo ya sea en un pasillo de noche, en un rio o incluso en el campo. 

Está claro que esperaba más de esta producción, no solo por el costo de la producción sino por el valor cultural detrás de la persona de quien están hablando. Existen unas cuantas ideas que valen ser exploradas y se pueden percibir las buenas intenciones detrás de esta obra pero está claro que el cine paraguayo tiene mucho camino que recorrer. Nadie dice que es fácil y a pesar de este tropezón, el resto del camino ofrece experiencias nuevas e intimidantes. Esto hace que el futuro se vuelva incierto, impredecible pero también emocionante.
 

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