jueves, 29 de diciembre de 2016

El Canal del Demonio (2014)


Puntuación: ★★★

En lo personal, la idea de mezclar antiguos videos en blanco y negro de comienzos del siglo XX con elementos de terror siempre me ha parecido algo con el potencial de generar una sensación de temor. La obseleta calidad y el silencio de muchos videos puede causar incomodidad a mi gusto, dada la desconección que produce la falta de color. Compare una foto en blaco y negro con una version colorizada y notara que la segunda cobra mas vida a la percepción. Quizás sea solo yo, pero estaba intrigado en saber como esos elementos eran incorporados en la película de terror The Canal o El Canal del Demonio.

En dicha película, un archivero de filmes (Rupert Evans) se encuentra deprimido en los últimos días, sospechando de que su esposa le es infiel. Su cordura no mejora mucho cuando es asignado ver un viejo rollo de película de 1900 que relata un horrible asesinato. Lo extraño de dicho rollo es que el asesinato no solo ocurrió en su calle sino que también un su propia casa. El problema con su esposa empeora a tal punto que David, el personaje principal, tendra que investigar no solo casos de la actualidad pero resolver los misteriosos sucesos de hace más de un siglo. La película finalmente lleva al espectador a cuestionar si David esta perdiendo la razón o en verdad hay algo más que los antiguos filmes muestran.

Quizás lo más decepcionante no sea mucho en cuanto a que tan efectivo sea en sustos sino el tiempo dedicado al misterio, el cual es lo más fascinante en esta producción. Recuerda a La Llamada en como estaba más intrigado en la investigación que en los aspectos de terror. De hecho, hay una secuencia en particular hacia el final que no me sorprenderia que haya sido influenciada por esa película. De igual manera, tratar de entender el misterio detrás de los casos sin resolver y ver a David fijandose en las cámaras antiguas son intrigantes. Cuando las escenas se enfocan en ello, la película tiene mi completa atención.

El resto de la historia, en especial cuando el tono se acerca al género de terror, no es estrictamente malo pero no es el plato fuerte de la producción. Varias secuencias tratan de compensar con cierta brutalidad y violencia de naturaleza gráfica, lo cual dependiendo de la sensibilidad de uno puede ser abrumador o simplemente innecesario. Diría que cerca de los últimos quince minutos baje mi guardia en el momento en que la historia llega a su climax, con un momento en específico dónde tuve que mirar a otra parte como respuesta a lo que presenciaba. Estoy seguro que esa era la reacción deseada y lo logro.

Algo que debo elogiar es en el uso de sonido o mejor dicho la falta de eso mismo en muchas escenas. En vez de bombardear el momento con instrumentación, el director Ivan Kavanagh opta por silencio, dejando que la tensión domine en ciertas escenas. Honestamente, es raro ver una película de terror moderna que se enfoca en el silencio como herramienta principal y sin el uso innecesario de jump scares. Esta bien, hay unos cuantos pero son utilizados mínimamente.

La historia tiene sus giros y turnos, algunos intrigantes asi como otros cuestionables, pero se beneficia en mayor parte de actuaciones solidas por parte del elenco. Varios planos son visualmente interesantes en una película de este tipo, con una edición que tiende a tomar riesgos con algunos saltos en el montajes -jump cuts- para crear una atmósfera inquieta. Muchos de esos riesgos son justificados pero hay algunos que se sienten algo fuera de lugar como en una conversación casual.

Quizás no sea lo que esperaba dado los elementos dentro de la historia, pero El Canal del Diablo sigue siendo una decente propuesta de terror con momentos algo grotescos y llenos de suspenso aún si para el final trata de sonar más inteligente de lo que en verdad es. Con un poco más de enfoque pudo haber sido mucho más efectivo como una película de fantasmas y suspenso psicológico pero el producto final supone unos 90 minutos algo entretenidos. Al menos no sentí mi tiempo o dinero gastado en vano.

martes, 13 de diciembre de 2016

The Room (2003)


Puntuación: 1/5.

Puntuación Especial (por única vez): 5/5.

Existen en verdad muy pocas películas que encapsulan de manera acertada la cuestionable calidad de "ser tan malas que se vuelven buenas." Un minuto. No, no me convence. Reemplacemos "buenas" con "entretenidas" y tienen la descripción perfecta del clásico de culto, The Room.

Siempre el objetivo de burlas, pero nunca del olvido, la nefasta obra del misterioso y excéntrico Tommy Wiseau es una oda a la incompetencia. Estrenada de manera independiente en 2003, la producción es infame por, como decirlo, todo. Una historia llena de subtramas que aparecen y desaparecen peor que cualquier salario, el terrible audio en muchas escenas, cuestionables decisiones creativas y lo que puede ser la peor actuación en la historia del cine. Créanme cuando digo que deseo estar exagerando. Poco sorprende la gran reputación y popularidad de esta película.

La historia, o al menos una de las tantas que se cuentan, se centra en Johnny, interpretado por Wiseau, quien se encuentra en un triangulo amoroso que incluye a su prometida Lisa (Juliette Danielle) y su mejor amigo Mark (Greg Sestero). Suena bastante básico, entonces sumemos una madre recibiendo la noticia de que padece de cáncer mamario, un joven vecino que tiene una disputa con un vendedor de drogas, infidelidad, amigos jugando al futbol con trajes formales en un callejón, peleas, suicidio, etc. Todo esto en lo que claramente se ve como un fallido intento de drama y conflicto.

Muy bien, ya vimos en el pasado incontables películas que fallaron en conectar con la audiencia, entonces, ¿qué la hace especial en comparación con otras películas? Hay varios motivos. La ejecución del guión y el guión mismo estan argumentados sin mucha estructura, lo cual permite que innumerables tramas comiencen pero sin llegar a ninguna parte, o mejor dicho, sin ser resueltos. A parte de la premisa amorosa, ninguna otra historia afecta de manera substancial el desarrollo de la película. Por ejemplo, luego de vestirse de manera formal como para ir a un casamiento, la cámara corta a la escena en que Johnny y sus amigos juegan con el balón y luego pasa a una escena completamente diferente, sin mención del juego o de la aparente ceremonia. El problema del cáncer es mencionado una vez de manera casual pero no vuelve a ser retomado en la historia. Una pareja que no habia sido introducida anteriormente interrumpe la trama para tener relaciones en la casa de los protagonistas. No sabemos los detalles sobre el asunto de las drogas. Todo comienza y termina abruptamente en lo parece ser mas relleno que desarrollo de la trama principal.

 Como ya fue mencionado, a demás de ser el director, escritor y productor de la cinta, Wiseau también interpreta al protagonista en una de las terribles actuaciones más hiptnóticas que uno puede presenciar. Su acento, único e irreconocible. Ninguna línea de dialogo te convencera de la magia del cine y la monotonía de sus expresiones acaba con cualquier intento de generar emoción. Es difícil pensar en otra actuación que sea tan consistente en su ineptitud o tan hilarante al mismo tiempo. Y eso sin contar la pesima sincronización de audio en sus conversaciones. Es algo para deleitarse.

Luego de volverse un favorito de culto, Wiseau menciona que desde un principio la película era una comedia negra pero sabemos que no es así. Es un intento de escribir lo que el artista suponia que era un romance del género épico. Al notar que la ejecución hacia que la seriedad se volviese humorística, la audiencia se deja atrapar por la incoherente magia que se desenlaza en las pantallas. Escenas donde Johnny se supone que este frustrado o furioso, ya sea elevando levemente su voz o tirando cualquier objeto en su habitación, todo ello con el mismo extraño acento y forma de hablar, son evidencias de como una historia que propone una trama intrigante o seria puede resultar en risas de manera no intencional.

 ¿Hay aspectos que debo rescatar de este melodrama que parece ser más una mala novela de televisión que una película? A parte del humor no intencional, y en especial considerando que la obra proviene de alguien con poca o ninguna experiencia, algunos de los planos son bastante decentes y unos pocos personajes son ligeramente más convincentes que el actor principal. Tanto Sestero como Danielle tienen problemas con las líneas que deben leer pero por la mayor parte del tiempo logran sonar algo natural, aún si sus actuaciones dan para reir, especialmente la increible ingenuidad de Mark cada vez que visita a Lisa.

Es una extraña combinación de humor e incomodidad, presentada en las extendidas escenas de amor (y les advierto que hay mas de una por si quieran ver en compañia de otros). Denny, el joven vecino que tiene su escena con el vendedor de drogas, asusta mas con su afecto hacia Lisa en vez de ser encatador. Hay muchos momentos así que predominan en la cinta.

Con todo lo que he dicho, es admirable que tanto Sestero como Wiseau hayan aceptado esta película y la vean de una manera orgullosa, agradeciendo el estatus de culto y la popularidad. Wiseau se encargo de financiar la película y trabajo arduamente luego de que fuese rechazado como una obra teatral y un libro. Quizás esto sea lo más cercano a un Ed Wood Jr. de la era moderna.  Un director apasionado pero incompetente que solo quiere hacer proyectos a su modo y sin importar la opinión crítica de otros. Es algo extrañamente inspirador si buscan algo positivo en esta fallida producción.

¿Es la peor película que hay existido como su reputación lo precede? Um, no. Ciertamente existen peores propuestas que no solo no ofrecen nada de entretenimiento pero que también roban de manera descarada la esencia e inteligencia  de sus espectadores. Confíen en mí, no querrán saber de que películas estoy hablando.

No les recomiendo ver The Room. Les imploro. Sé que esta reseña pierde profesionalismo (lo poco que he de tener) y que es el lector el que debe tomar la decisión de confiar o no en el escritor, pero si por alguna razón no has visto o escuchado de esta película, por favor véala. Junta a unos amigos, prepara algo para comer o tomar y disfruten de la ineficacia y humor presente en esta obra. Es el ejemplo mas popular de ser tan malo que entretiene y lo es con buena razón.
 

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