Puntuación: 4/5.
Marvel le da la
bienvenida en su universo cinematográfico al Hechicero Supremo a través de la
película Doctor Strange,
introduciendo a este personaje de forma poco sorpresiva pero de buena manera.
Elementos que ya son habituales para la compañía, como el humor, acción,
creatividad y un protagonista destacable se presentan en la última
extravagancia visual y de entretenimiento en cuanto a superhéroes.
Bajo la dirección de Scott Derrickson, la historia cuenta el
origen de cómo el exitoso, así como arrogante, neurocirujano Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) sufre un trágico
accidente que le cuesta sus más preciadas herramientas de trabajo: sus manos, o
su precisión con ellas, mejor dicho. Sumado en la desesperación, Strange
intenta todas las maneras posibles para recuperar su habilidad en los dedos y
volver a su vida de lujos aunque esto deteriore su relación con sus colegas y
en especial con Christine Palmer (Rachel
McAdams). Tanta es la desesperación que lo llevara al otro lado del
planeta, descubriendo un mundo lleno de posibilidades místicas
Recomendar Doctor Strange tan solo por sus
secuencias visuales (los cuales mencionaré más adelante) me parece incompleto,
porque hay mucho más en esta película a demás de las imágenes, a pesar de la
familiaridad del resto del proyecto. Como en cada ocasión, el actor principal
no pudo ser mejor, con un Cumberbatch que cumple los requisitos de los fans
para interpretar al hechicero, ya sea en momentos que requieran algo de comedia
o más dramáticos como cuando decide confrontarse con Christine en su último
momento antes de partir. El personaje de Strange sin dudas recuerda a Tony
Stark, por poseer un ego tan alto como carisma, quien a pesar de rozar la línea
de persona desagradable, logra mantener a la audiencia en su camino de redención.
El quiebre en sus manos se expande a ser un quiebre emocional y tan solo las
artes místicas y espirituales pueden llevarlo a un punto más humano, así como
humilde. Claro que cuando el guión requiere que Strange se vea heroico,
Cumberbatch luce fenomenal, estableciendo un héroe bastante único en el
catalogo de Marvel.
En ese camino de
redención están Mordo (Chiwetel Ejiofor)
y la Ancestral (Tilda Swinton),
quienes ayudaran a Strange a comprender el misticismo oculto y lo espiritual a
la par que un antiguo y corrompido aprendiz llamado Kaecilius (Mads Mikkelsen) surge para obtener el
poder de la dimensión oscura. La Ancestral es sin dudas una gran mentora con
momentos que destacan sus habilidades así como su sabiduría y Mordo se alza
como una interesante pieza para futuras entregas. Desafortunadamente,
Kaecilius, sin llegar a los extremos del olvido como otros, no es un villano
precisamente formidable mas allá de la creatividad en las secuencias de peleas,
pero si he de ser honesto (¿y por qué mentiría?), no es un elemento que me
moleste mucho como en otras películas. La historia se centra en Strange a tal
punto que no hay mucha necesidad de presentar un villano, salvo para cumplir
los requisitos de una película de superhéroes.
¿Es la historia simple
y predecible? Sí. Nada extraordinariamente innovador en ese aspecto pero hay
unas cuantas variaciones para mantener el esquema y la formula entretenida sin
caer demasiado en la fatiga de lo repetitivo. El gran climax es diferente a la típica batalla final sobrecargada de
efectos especiales. Aquí, el personaje opta por algo de ingenio para salvar el
día. Incluso el manejo del romance es diferente a lo que normalmente se ve en
las pantallas comerciales a pesar de la química existente entre los
protagonistas. Básicamente, es simple pero efectivo.
Es aquí donde menciono
lo que les prometía. Doctor Strange es
visualmente la película más ambiciosa, no solo de Marvel sino del genero de superhéroes.
La creatividad en las secuencias y los efectos son para aplaudir y deleitarse,
haciendo que esta propuesta sea única cuando se la compara con las demás. Y la decisión
de contratar a Derrickson es acertada por como implementa las imágenes con la
historia así como la extravagancia de las mismas, sean en simples momentos de
magia o secuencias de acción de gran escala. La dimensión oscura dentro del tercer
acto o la secuencia que recuerda a 2001 cuando
Strange descubre las posibilidades. En una era donde el 3-D no ofrece casi nada
a las grandes producciones, Doctor
Strange hace que esto sea parte del espectáculo y de la atmosfera psicodélica.
Sumado a esto, el gran acompañamiento musical compuesto por Michael Giacchino, quien resulta exitoso en otro de los aspectos débiles
de las películas de Marvel.
Doctor
Strange es una loable película que existe y triunfa por su
cuenta, sin muchas referencias del universo de Los Vengadores gracias a buenas actuaciones e increíbles hazañas
visuales. Parte de la comedia hace que muchos momentos no lleguen a ser tan épicos
como deberían pero es exactamente como Marvel haría una película que utiliza
magia. De igual manera, la idea de seguir explorando la mitología de este
personaje en mas películas me resulta fascinante.
Así como la Ancestral afirmaba
que veía posibilidad en el futuro de nuestro protagonista, ¿Quieren saber que
veo en el futuro de esta nueva franquicia? Potencial.
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